lunes, mayo 12, 2008

Compañeros:
En estos momentos, el SUTEIVP está a punto de enfrentar una de sus más duras pruebas. Desde hace aproximadamente un mes, la Secretaría del Trabajo nos notificó que teniamos interpuestas dos demandas por la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, de dos organizaciones sindicales, que falsamente dicen tener el respaldo de la totalidad de los trabajadores afiliados al SUTEIVP. Estas supuestas agrupaciones, una afiliada a la CTM y la otra a la FESAM, están lidereadas por el mercenario Salim Kalkach Navarro, dirigente nacional de la CROC, quien se encarga de venderle sindicatos de protección a los patrones.

Resultado de estas demandas, se realizarón dos audiencias, en donde nuestra organización sindical pidió a las autoridades competentes, la realización de un recuento, en donde los trabajadores tuvieran la oportunidad de respaldar libre y democráticamente a su organización sindical.

El miércoles 30 de abril, en una reunion de la UNT, se le pidió personalmente al Secretario del Trabajo del Gobierno Federal Javier Lozano, que este recuento se llevara a cabo en las condiciones más óptimas, con voto secreto, en un lugar neutral, y con un padrón de trabajadores confiable, en donde por supuesto, estuvieran incluidos el grupo de despedidos. El secretario se comprometió "el recuento se hará como ustedes lo decidan, porque son el sindicato titular del Contrato Colectivo.

Sin embargo,el secretaro no cumplió su palabra empeñada públicamente, pues la dependencia a su cargo, a través del Subsecretario del Trabajo, Álvaro Castro, nos anunció que el recuento se realizará el próximo viernes 9 de mayo, dentro de la fábrica y con votación abierta, frente a un representante de la ST, de la empresa y de los sindicatos charros, además de tres representantes del SUTEIVP, pero sin observadores externos.
Estas son las mejores condiciones para los patrones y para los charros, pues se mantendrá e incluso se intensificará la intimidación para nuestros compañeros, se tratará de una votación presionada, para nada libre, en donde los charros tengan todo el espacio para controlar la elección.

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